ARQUEOLOGÍA ANTROPOGÓNICA: origen y evolución de Dios,el cosmos,el hombre y la religión: ARQUEOLOGíA ANTROPOGóNICA

En la estatuaria de San Agustín (Colombia) se esculpió un mito antropogónico según el cual dos formas animales acuáticas (una serpiente y un saurio tetrápodo), vueltos mediterráneos, formaron todos los animales que deambulan por el suelo, y al hombre.
Los primeros humanos, según esa estatuaria, eran enanos, y en ella también se explica la particular conformación dentaria del hombre, y el origen natural de las orejas y del caracol o cóclea de todos los mamíferos, en particualr del hombre, a partir de animales ancestrales: que, al erguirse éstos, halaron hacia abajo las crestas carnosas y las antenas auditivas que tenían sobre las partes antero-superiores de sus cráneos, y de aquellas se formaron, respectivamente, las orejas y las cócleas.
En cuanto a los dientes, la mayor anchura que tienen los incisivos de la mandíbula superior se debió a que los caninos superiores eran más apartados entre sí, en un animal ancestral, que los inferiores: al romarse los caninos, quedó más espacio para el crecimiento de los incisivos superiores, y así éstos terminaron siendo más anchos que los incisivos Inferiores.

En este libro se muestran infinitos mitos y creencias religiosas de todo el mundo sobre el origen y la evolución del hombre a partir de formas animales inferiores: el origen del bipedalismo, de las orejas, de la capacidad hablante, del gigantismo corporal y craneal, y de la fiereza y belicosidad de la humanidad primitiva; y del subsiguiente (y final) proceso de “limpieza del pecado” o de domadura del fiero hombre recién advenido a racional.
En primer término, se hace un análisis crítico de la teoría darwiniana sobre la evolución natural: su fortaleza, sus inconsistencias y dificultades.
Luego se reseñan y analizan diversos mitos sobre el origen del hombre: en el Popol-Vuh, el Parque Arqueológico de San Agustín, las tradiciones aztecas y la Biblia, particularmente.
Después se estudian tradiciones universales sobre canibalismo y sacrificios humanos, y en general sobre el presunto origen genético de la maldad de la humanidad primitiva.
Luego se resume la Mitología Clásica sobre aquellas mismas cuestiones.
Y al final se analizan diversas tradiciones a escala universal, sobre la presunta existencia de tres naturalezas animadas –animal, humana y divina- y sus posibles relaciones y vinculaciones.

En este libro se muestran numerosos mitos griegos y romanos sobre el origen y la formación del hombre a partir de formas animales irracionales. También se muestran el origen y la finalidad de las religiones canibalescas, las orgiásticas, las de hospitalidad, etc.
La “Teogonía” de Hesíodo, los mitos de Pandora, de la maldición del trabajo, de las edades, del árbol de la vida, del diluvio de Deucalión, etc., son estudiados ampliamente. También se analizan las metamorfosis mitológicas de dioses, humanos y animales; el intercambio de caracteres divinos, humanos y animales entre diferentes seres fabulosos; y la mítica comunidad genealógica de dioses y humanos. De igual modo, se estudian tradiciones mitológicas sobre pigmeos, gigantes, hombres cavernícolas y diversas guerras de pueblos y héroes feroces de la antigüedad. Y los mitos e historias sobre canibalismo, sacrificios humanos, animales sagrados, sustitución de humanos por animales en las ofrendas, ofrendas de sangre, impurificaciones y purificaciones. Y las leyendas sobre sacrificadores de fábula (como Procusto, Sinis, Scirón, Perifetes, Cerción, el Minotauro, la Cerda, etc.), son también analizadas, lo mismo que las biografías mitológicas de sus exterminadores: Hércules, Belerofonte, Teseo, Pélope, los Dióscuros, Perseo, Rómulo y Remo, etc.
Todo lo anterior, en relación con el origen y la formación mítica del hombre.

En este libro se muestra que la Biblia informa míticamente sobre el origen del hombre y su evolución hasta la actualidad: hecho del polvo del suelo, es decir, por evolución de la materia inorgánica a orgánica, el hombre, originalmente fue vegetariano pacífico, pero mentecato. Al volverse carnívoro se tornó racional, pero asesino y feroz. La carnivoracidad fue, pues, el pecado original.
Luego de la incursión en el pecado, Dios se dedicó a purificar al hombre para que un día, vuelto bondadoso y pacífico, mereciera pasar a vivir, como su Insigne Creador, de modo indefinido.
Ese es, en gran síntesis, el argumento de la Biblia.
Lo demás es la narración de la forma en que Dios habría purificado a la mayoría de los descendientes de Abrahán, hasta su final dispersión por todo el mundo para purificar, a través de ellos, a todos los humanos.

Los dinosauruios eran animales híbridos de reptiles, mamíferos y aves.
Si la Biblia dice la verdad, es falso que las aves desciendan de los monstruosos dinosaurios: las aves fueron formadas antes que todos los reptiles y que los mamíferos, según se afirma en el Génesis. Por lo tanto, las aves seguramente descienden de peces voladores, no de reptiles.
En la anterior forma, se comprendería que el aparato respiratorio de las aves (del cual hacen parte las fosas nasales, la laringe, los pulmones, las bolsas de aire, los huesos huecos y hasta las plumas), aparezca en varios dinosaurios.
Es absurdo decir que semejante aparato tan complicado y sofisticado fue hecho por los dinosaurios para dejárselo a sus presuntas descendientes, las aves. En tanto que el origen que se concluye del Génesis bíblico parece elemental y obvio.

AL comienzo de la llamada Era Moderna, el Homo sapiens vivió su primera gran encrucijada. La duda lo abrumó entonces porque la ciencia derrumbó muchas creencias ‘científicas’ ancestrales: la creencia en la planitud de la tierra, en el geocentrismo, en que el Viejo Mundo era todo el mundo, y en la infalibilidad del Papa.
Al cabo, la humanidad superó aquel desconcierto por medios científicos, sin perder su fe en Dios (salvo por señaladas individualidades).
Hoy el Homo Sapiens está de nuevo afrontando un terrible desconcierto: no sabe cómo se originó y se formó realmente el hombre, ni de dònde salieron los dinosaurios, ni cómo se originó la vida, ni qué es la materia oscura o la energía oscura, ni cómo se originó el Big Bang, ni por qué el Cosmos no se dirige hacia otro Big Bang, ni cuál es el destino real del Cosmos, de la Tierra y de la especie humana, etc.
Bernal cree que de esta nueva encrucijada la ciencia saldrá, no ya con la ayuda de Dios, sino con el descubrimiento y la revelación de Dios.

El afamado científico colombiano doctor Rodolfo Llinás, publicó hace varios años un libro titulado “El cerebro y el mito del yo”, en el cual reseña su teoría sobre “la evolución natural de la mente”.
El doctor Llinás comienza su estudio diciendo que, como él es científico, debe prescindir de
la creencia en Dios. Empero, como la evolución de la materia viva parece haber tenido un sentido finalista (no obstante que la materia es inconsciente), el autor mencionado termina por darle a la naturaleza, e incluso a las células, poderes de Dios, como explicación de ese aparente finalismo.
Bernal explica la razón de aquella inconsistencia, y luego pasa a señalar el sentido evolutivo que tiene el “creacionismo” bíblico, aclarando que este puede ser interpretado como indicativo de una milenaria evolución natural racionalmente inducida, controlada y dirigida.
En la parte final del libro reseñado, al referirse a la presunta “creación” de la materia, la energía, el espacio y el tiempo, Bernal esboza por primera vez su teoría del Dios Natural, que en obras posteriores habrá de explicar y desarrollar.
Y de todo lo anterior concluye Bernal que, al contrario de lo que creen o dicen creer, generalmente, los científicos, Dios y la ciencia no son incompatibles.
Cabe recordar, en fin, que el mencionado libro del doctor Llinás fue promocionado por el insigne y admirado premio nobel Gabriel García Márquez.

Del estudio de la historia de los Pijaos (nación indígena precolombina que habitaba en el centro del territorio que actualmente es de Colombia, alrededor de la población de Chaparral –la patria chica de Bernal-), este concluye que la antropofagia se originó en la Edad de las cavernas. Que toda la humanidad hubo de volverse caníbal en esa Edad, originada en la última glaciación. Y que allí se volvió Sapiens el Homo meramente Erectus anterior, y tuvo conciencia de su maldad canibalesca y en general del pecado original. Y que entonces deificó a los animales para hacerse perdonar de ellos (pues creía que su propio pecado también ‘castigó’ a aquellos), e inventó la primera forma de religión: el canibalismo ritual, para propiciar y sobornar a los “dioses” (los animales primero, y después el Sol, la Luna, la Tierra, los astros, las montañas, etc.), dando a estos la sangre y otras partes de sus víctimas humanas. Así se originó la religión, cuya evolución en el mundo entero la explica Bernal Andrade en su penúltimo libro de Arqueología antropogónica: Antropofagia y Religión.
Cabe señalar, por otra parte, que los pijaos fueron los últimos indígenas del Nuevo Mundo conquistados por los españoles, por lo cual los exterminaron; que dieron la más grande batalla de indios contra los hispanos y que decretaron la guerra a muerte contra sus conquistadores. Hechos que fueron puestos de presente, por primera vez, por Leovigildo Bernal.

En esta obra se hace un amplio análisis del orígen y la evolución de la mayoría de las religiones, desde las animistas, las fetichistas y las politeítas más antiguas, hasta las monoteístas modernas, en todos los Continentes.
Se destaca la forma como la religión ha evolucionado desde el canibalismo ritual del origen hasta el pio sacrificio simbólico del Hijo del hombre, en la sagrada Eucaristía cristiana.
Pues la verdad es que el origen y la evolución de la religión se pueden estudiar desde dos ángulos de enfoque: desde el punto de vista de las entidades que han sido consideradas como dioses, y desde el punto de vista de las ofrendas y sacrificios que se les hacen para rendirles culto o adoración, o para desagraviarlos o propiciarlos.
El primer ángulo de enfoque ha sido ampliamente investigado por muchos autores. El segundo, sólo hasta ahora se ha intentado estudiarlo, en este libro, por Leovigildo Bernal.
Otra cuestión que se estudia en este libro, es el canibalismo: desde su origen, en las gélidas cavernas del Pleistoceno, hasta su abolición por las bárbaras religiones sacrificadoras de humanos, que vedaban a sus fieles cualquier consumo nefario, so pretexto de que sus víctimas las debían ofrendar, íntegras, a sus terribles dioses.

Si la sempiterna evolución de la energía y de la materia (que se concluye de la ley einsteiniana sobre equivalencia de esas dos formas físicas), pudo conducir a la formación de materia inorgánica, y esta a su turno pudo dar origen a la materia orgánica (conforme lo explican actualmente los biólogos, los paleontólogos y los cosmólogos), también es posible que en el pasado infinito la materia orgánica haya evolucionado hasta el nivel racional en una forma animada, en cualquiera de los infinitos eones cosmológicos que debieron preceder al eón actual. Y si el animal racional de este eón cosmológico (el hombre), está asumiendo ya funciones de sustancia ordenadora y creadora gracias a sus incipientes conocimientos de Ingeniería Genética, también otra forma animada antiquísima, de algún posible universo anterior al nuestro, pudo haber evolucionado hasta ese nivel de sustancia ordenadora. Agregue usted que esa primera sustancia ordenadora pudo haber llegado al conocimiento total de las leyes que rigen el origen y la evolución del Cosmos (como ya creen los científicos actuales que un día la humanidad llegará a conocerlas): si esa Sustancia Ordenadora y Creadora decidió asumir el control evolutivo del Cosmos a partir del último Big Bang, es claro que se habría convertido en Dios.
Esa es, en gran síntesis, la teoría del Dios Natural, que Bernal esbozó en algunos de sus libros anteriores de Arqueología antropogónica y a la cual da nuevos desarrollos en El Origen de Dios.

ALGUNOS DE LOS DATOS QUE DESTACA LEOVIGILDO BERNAL EN SUS LIBROS DE ARQUEOLOGÍA ANTROPOGÓNICA SOBRE ACIERTOS COLOSALES DE LOS ANTIGUOS Y QUE, POR LO TANTO, INDICAN QUE LA EVOLUCIÓN Y LA HISTORIA DEL HOMBRE PUEDEN HABER SIDO DIRIGIDAS
Muchos son los datos de los autores, monumentos, leyendas o documentos antiguos, con aciertos colosales, de los cuales es posible concluir que el origen, la evolución y la historia del hombre han sido inducidos, controlados y dirigidos, pero ahora nos limitamos a señalar algunos de ellos, fuera de los que ya fueron reseñados en los resúmenes anteriores y en los tres capítulos de “EL ORIGEN DE DIOS” que hemos incluído en este blog:

-EL COMIENZO
Que todo comenzó a partir del CAOS y en un destello de luz y energía, es una afirmación mitológica clásica y un dato bíblico que hoy han sido confirmados plenamente por la ciencia.

-SEGÚN EL ENUMA ELIS, LA LUNA FUE HECHA CON PARTE DE LA TIERRA
El dios MARDUK, en su guerra contra TIAMAT (la diosa Tierra), “abriendo grandes puertas a los dos lados (de Tiamat –aclaramos-), reforzó los cerrojos a la izquierda y a la derecha; y (…) colocó las regiones superiores (e) hizo brillar a SIN (la Luna), y le confió la noche; y le encargó, como cuerpo nocturno, determinar los días…” Hoy es un hecho científicamente establecido, que la Luna se formó de una parte de la Tierra como consecuencia de un choque colosal con otro cuerpo astronómico.

-UNA LARGA ÉPOCA ANTIQUÍSIMA TODO EL PLANETA ESTUVO CUBIERTO POR AGUA
Es, ésta, otra aseveración bíblica que ha sido plenamente confirmada por la ciencia moderna.

-EN EL ENUMA ELIS, DESDE HACE ALREDEDOR DE CUATRO MIL AÑOS, SE HABLA CLARAMENTE DE ANIMALES MONSTRUOSOS COMO LOS DINOSAURIOS Y LOS PTEROSAURIOS, DE CUYA EXISTENCIA REAL HACE APENAS UNOS CIEN AÑOS VINO A TENERSE CONOCIMIENTO CIENTÍFICO
Pues, en efecto, en ese poema se afirma que " La madre Tiamat o Hubur. que modela todas las cosas, dio a luz monstruos-serpientes de dientes agudos, con garras despiadadas (…) revistió de terror a los temibles dragones (…) que, cuando se levantan sus cuerpos, nadie puede rechazarlos (…) los monstruos-tempestad (…) los poderosos leones-demonios, los dragones voladores…”

-SÉNECA SABÍA DE LA EXISTENCIA DEL NUEVO MUNDO Y ANUNCIÓ SU DESCUBRIMIENTO MIL QUINIENTOS AÑOS ANTES DE QUE ESTE OCURRIERA
En efecto, Séneca dice en su “Medea”: “Tras luengos años vendrá/ un siglo nuevo y dichoso/ que al océano anchuroso/ sus límites pasará./ Descubrirán grande tierra,/ verán otro Nuevo Mundo/ navegando el mar profundo/ que ahora el paso nos cierra./ La Thyle tan afamada,/ como del mundo postrera,/ quedará en esta carrera/ por muy cercana contada.”

-EL ORIGEN DE LOS DELFINES
Los zoólogos y otros naturalistas han concluido, en sus investigaciones, que los delfines son peces que provienen de animales tetrápodos terrestres, así como ciertos mitos griegos afirman que el dios Dionisos convirtió en delfines a varios marineros.

-LA EDAD DE LAS CAVERNAS Hesíodo, el gran poeta sagrado de los griegos, dice que los hombres de la Edad de Plata eran cavernícolas. Hoy está demostrado, científicamente, que la humanidad, durante una larga etapa de la Prehistoria, vivió en cavernas.

-LA EDAD DE HIELO
En el Popol-Vuh se hace referencia de una larga Edad de Hielo, cuyo suceso real también se ha demostrado científicamente: es el Pleistoceno.

-PARENTESCO DE SIMIOS Y HUMANOS
Según el mismo Popol-Vuh, los simios son hermanos mayores de los primeros humanos. Este hecho hoy nadie lo pone en duda seriamente.

-REALIDAD DE LOS HOBBITS :
los primeros humanos del mismo Popol-Vuh y de muchas otras mitografías antiguas, eran enanos u homúnculos. Los hobbits son hoy reconocidos humanoides

-EL BIPEDALISMO HUMANO SE INICIÓ EN LOS ÁRBOLES:
En la revista “Proceding of the National Academy of Sciences”, del l7 de agosto de 2009, se da cuenta de que investigadores de la Universidad de Duk en Estados Unidos, por el estudio detallado de los huesos de la muñeca en varias especies de primates, llegaron a la conclusión de que “el hombre se hizo bípedo por evolución de ancestros que vivían en los árboles”; que estos “pasaron de los árboles al suelo ya erguidos”.
Desde 1998 –al publicar su libro “El Informe Arqueológico sobre el origen del hombre…”, Leovigildo Bernal señaló aquel hecho: “Siempre se ha considerado –dijo- que los pies plantígrados y la bipedación resultaron de haberse vuelto cierto mono habitante del suelo. Y es, ésa, una tesis que parece lógica. Empero, ahí están los llamados monos de cara blanca, de Nancipe (Namibia), y varias otras especies de monos en otras partes del mundo, cuyos pies son plantígrados y, sin embargo, viven en los árboles…” (Pg.23).
Y más adelante anotó: “Parece claro que la forma particular que tiene la mano humana –con los huesos metacarpianos incorporados en ella en vez de hacer parte de las extremidades delanteras o torácicas como en los digitígrados y en los solípedos y en otros animales cuadrúpedos- se debe en gran medida a la circunstancia de haberse vuelto órgano fundamentalmente prensil. Y lo mismo cabe decir del pie plantígrado: lo primero que debió requerirse, para lograr esta forma, fue la incorporación del los huesos metatarsianos en aquel, y para eso nada mejor que convertir las extremidades posteriores o abdominales en órganos prensiles como las torácicas. Y para lograr ambos efectos, nada mejor que la vida arborícola. Seguramente por eso los huesos metacarpianos y los metatarsianos de las extremidades de todos los monos son cortos: porque en la etapa de vida arborícola y cuadrumana, que todos, a lo largo de la evolución, atravesaron y vivieron, los incorporaron en las partes prensiles de dichas extremidades, en tanto que los otros huesos de las extremidades (los del muslo y la pierna, y los del brazo y el antebrazo) debieron tornarse, paulatinamente y a lo largo de miles de milenios, más largos. (Ib. Pg. 35l).
Bernal reiteró esta tesis en el año 2000, en “La antigua Ingeniería Genética greco-romana” (Pg. l87) al hablar de los oreopitecos (homínidos con patas de pájaro hallados fósiles en Lombardía) y de la tribu humanoide que fue encontrada en África y que es llamada “la gente avestruz” porque “sus pies humanos tienen garras de aves”.

-SOBRE EL POSIBLE PARENTESCO ENTRE EL HOMBRE Y EL MONO AHULLADOR
En el “Informe Arqueológico…” (Pgs. 29 y 30), también explica Bernal, que hioides, del griego hioidés, por la forma de herradura de la letra ípsilon (U), es la palabra con que se designa un hueso en forma de herradura situado en la base de la lengua, que en el hombre es la llamada manzana de Adán, que le permite hablar. Es cartilaginoso y jamás ha sido hallado, ni el hueso ni señales de él, con los fósiles de homínidos anteriores al Cromañón, por lo cual parece que aquellos no lo poseían y que, por lo tanto, no hablaban. En cambio, el mono ahulllador tiene hueso hioides, grande y hueco, en comunicación con la laringe, lo que le permite lanzar sonidos que se oyen a gran distancia.
“Ahora bien –concluye Bernal-, teniendo en cuenta aquella carencia en los homínidos, ¿qué implicaciones genéticas conllevará la común posesión de hueso hioides por el Homo sapiens y el mono ahullador? Nos parece que es, ésta, una cuestión digna de ser investigada.”

-LA RARA COINCIDENCIA ENTRE LA ESTATUARIA SANAGUSTINIANA Y LOS SEÑALAMIENTOS LITERARIOS DE DANTE EN “LA DIVINA COMEDIA”, SOBRE EL ORIGEN ANATÓMICO-EVOLUTIVO DE LAS OREJAS DEL HOMBRE.
En el Canto XXV de “La Divina Comedia”, Dante describe a un hombre condenado que, en el Infierno, ve transformar, prodigiosamente, su naturaleza humana en serpentina, al paso que una serpiente transforma la suya en naturaleza humana. La manera como se forman las orejas en la serpiente dantesca convertida en hombre y como se genera la cóclea a partir de las antenas o cuernos de la serpiente, es idéntica a la que se señala en la estatuaria de “San Agustín” como origen de esas dos partes del órgano auditivo. Y sobra decir que ambos `informes evolutivos´ son varios siglos anteriores a Darwin o a cualquier otro científico evolucionista (“El Iforme…”, Pgs. 208-209).

-VUCUB-CAQUIX , EL MONSTRUOSO DINOSAURIO DEL POPOL-VUH QUE DECÍA QUE CON SU FAMILIA ESTABA CONSTRUYENDO EL ESQUELETO PODEROSO DE LA HUMANIDAD ACTUAL
En el Popol-Vuh se afirma que los primeros humanos eran enanos, especies de hobbits, y que al lado de ellos existían unos seres monstruosos como dinosaurios bípedos, el padre de los cuales (Vucub-Caquix) afirmaba que “por él” caminaría la humanidad del futuro. Que, pues, él y su familia estaban construyendo el esqueleto poderoso para los humanos fuertes y robustos que habrían de suceder a aquellos homúnculos del origen.
Ya existía el cielo –se dice en esa parte del texto sagrado de los quichés- y también existía la tierra, pero no se distinguía la cara del Sol ni de la Luna, cuando Vucub-Caquix dijo: “… ahora yo seré grande. Yo soy el Sol, soy la claridad, la Luna. Grande es mi esplendor. Por mí caminarán y vencerán los hombres (…) ¡Yo seré el Sol y la Luna para el linaje humano! Así deberá ser, porque mis ojos dominan todo el horizonte del mundo.”
Como se ve, por el hecho de ser bípedo y poderoso, Vucub-Caquix se proclamaba como el padre de los hombres vencedores del futuro. Y, no obstante, los homúnculos coetáneos de Vucub-Caquix destruyeron a éste y a toda su familia.

SOBRE EL LENGUAJE DE LAS AVES
El neurobiólogo Martín Sereno, investigador del lenguaje, de la Universidad de California, cierta vez que pronunció una conferencia sobre el lenguaje humano, en la cual hizo comparaciones de éste con el de las aves, fue interrogado por uno de sus oyentes, con las siguientes palabras: “¿Está usted diciendo que las aves tienen un aprendizaje vocal más sofisticado que los simios?”, y Sereno le contestó: “¡Sí, absolutamente sí!”.
Sereno cree que el lenguaje humano se originó en la presión psicológico-
sexual a que se vieron sometidos los hombres y las mujeres antiguos. Empero, como el aparato bucal y vocal muestra numerosas transformaciones que hicieron posible que la humanidad hablara, y en infinitos monumentos y mitos se vinculan ciertas aves con la laringe de humanos y con su capacidad parlante (Egipto, Grecia, India, etc.), esos `informes´-según cree Bernal- deberían vincularlos (los científicos respectivos) con el estudio del origen del lenguaje humano. (“La antigua Ingeniería Genética greco-romana”).

-EN LA PREHISTORIA Y EN LOS COMIENZOS HISTÓRICOS, TODAS LAS GUERRAS ERAN SAGRADAS
Este es otro hecho antropológico y socio-cultural que ha sido señalado, en sus diversos libros, por Leovigildo Bernal.

AVANCE SOBRE EL PRÓXIMO LIBRO DE ARQUEOLOGÍA ANTROPOGÓNICA QUE PUBLICARÁ LEOVIGILDO BERNAL: LOS MITOS DE INGENIERÍAS CÓSMICA Y GENÉTICA DE SUMERIA, ASIRIA Y BABILONIA
Comprenderá, entre otros, los siguientes capítulos: El Enuma Elis: sus implicaciones teogónicas, cosmogónicas, geogónicas y antropogónicas ; creación de la atmósfera, la tierra seca, la Luna, el Cinturón de asteroides, los Océanos, el Mundo Interior, etc; profesía sobre la presunta eternidad de la Tierra; mitos sobre la creación del hombre para el servicio de los dioses; origen de la religión; templos y sacerdotes; la fijación de los destinos; zoogenes de los dioses y de los hombres; relaciones entre la naturaleza humana y la divina; sacrificios humanos y de animales; ofrendas de cabezas y de sangre a los dioses y a los muertos; creencia en almas; culto a los muertos; animales sagrados en Mesopotamia; prostitución sagrada ; sustitución de humanos por animales en los sacrificios; abolición de los sacrificios humanos; ritos de purificación y de limpieza del pecado, y de fertilidad y de muerte y renovación de la tierra; los mitos del conocimiento y del árbol de la vida; los delitos y su represión; la esclavitud y su relación con la eliminación de los sacrificios humanos; y, en fin, explicación de los diversos aspectos del Mito de Gilgamesh.

Nota: las figuras arqueológicas incluídas en este blog fueron tomadas de internet.

ARQUEOLOGÍA ANTROPOGÓNICA: origen y evolución de Dios,el cosmos,el hombre y la religión

sábado, 29 de agosto de 2009

ARQUEOLOGíA ANTROPOGóNICA

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